Herencia farmacéutica

La historia se inicia en París en los años 70. El señor Pierre Fabre, farmacéutico visionario e inventor de la dermocosmética, concibe una marca que aúna la seriedad del universo farmacéutico y el refinamiento del universo de la belleza. Valiéndose de su pericia farmacéutica y su conocimiento del arte de la formulación, emprende la creación de cuidados cosméticos de alta calidad.

LA CIENCIA GALÉNICA, ORIGEN DEL NOMBRE

El nombre de Galénic alude a la ciencia galénica. La elaboración de los productos cosméticos encierra un arte milenario: la galénica. Consiste en hallar los mejores ensambles y compuestos idóneos que garanticen la eficacia de los principios activos, al tiempo que procuren emociones y placer sensual.

El objetivo perseguido por la antiquísima pericia de la galénica no es otro que brindar las máximas oportunidades a la sustancia activa para que sea eficaz en la piel y acierte en la diana dérmica. Pierre Fabre, imbuido de su pasión creadora, se inspira en esa pericia farmacéutica para extrapolarla al mundo de la cosmética.

En 1977, crea la marca Galénic, en alusión a ese Arte de la formulación, a esa ciencia galénica. Esa fue su forma de recordar que la belleza no se nutre de promesas, sino de saberes. Pierre Fabre renueva y perpetúa así el arte de la galénica: cada cuidado cosmético poseerá la mejor galénica, para ofrecer a la mujer una eficacia irrefutable. La marca se granjea de inmediato el reconocimiento de los profesionales de la cosmética por su alta calidad y su originalidad.

PERPETUAR EL ARTE DE LA FORMULACIÓN

Desde hace 50 años, cada creación es fruto de la cultura farmacéutica de los Laboratorios Pierre Fabre y del dominio de la ciencia galénica. Pierre Fabre revolucionó cosmética y belleza poniendo su pericia farmacéutica y conocimiento del arte de la formulación al servicio de ambas. Una pasión y una experiencia compartidas y transmitidas entre Maestros formuladores.